En 2011, la experta británica Jancis Robinson, su colaboradora y Master of Wine Julia Harding y el genetista José Villamouz identificaron y definieron  en un volúmen enciclopédico 1368 variedades de uva: se trata de las cultivadas en todo el mundo. Por su parte, el registro vitícola español recoge un total de 235. Aunque dentro de nuestras fronteras la cantidad es considerablemente menor, explicar las características de cada una de ellas sería motivo de un monográfico de lo más extenso. Por lo tanto, nos vamos a centrar en las variedades más características de la D.O.Ca. Rioja y que nos sirven para la elaboración de nuestros vinos.

 

Considerada la uva española por excelencia, la uva Tempranillo está presente en la mayoría de las DOs y comarcas productoras de Vino de la Tierra, recibiendo casi 30 nombres distintos, todos sinonimias de Tempranillo.En La Rioja es la principal uva y ocupa una superficie de cultivo de 31.000 has., lo que supone un 61% de la D.O. Calificada Rioja.

 

El origen de la Graciano es incierto, pero se cree que apareció en La Rioja y es una de las variedades que conforman el ensamblaje típico de esta D.O. Aporta estructura y potencial de envejecimiento.

 

Aunque originaria de Aragón (Cariñena), la Mazuelo es otra de las uvas que marcan la identidad de los ensamblajes riojanos. Aunque por separado produce vinos de alta intensidad alcohólica, combinada con la Tempranillo y la Graciano da como resultado vinos estructurados e ideales para el envejecimiento.

 

Conocida en otras regiones vitivinícolas españolas como Macabeo, es la variedad blanca más cultivada en la Denominación de Origen Calificada Rioja. Cultivada con mimo nos aporta mostos de graduación moderada y adecuada acidez, que nos permiten obtener vinos equilibrados, con marcados rasgos afrutados y florales. Vinos perfectos para ser consumidos jóvenes , pero también muy aptos para la crianza.